Cuando un cliente encarga un nuevo espacio digital a un proveedor, la principal preocupación es el aspecto estético, más vinculado al diseño y el mensaje que se quiere transmitir, con un tono inclinado hacia el marketing o comunicación corporativa, de acuerdo al modelo de negocios.
Las dificultades inician aquí. La intuición desarrollada con la experiencia de agencia, permite dar valor agregado en cosas que no suelen ser discutidas pero deben estar presentes: responsive design, velocidad de carga, criterios de usabilidad (esto de Interface Experience IX, User Experience, UX), SEO (search engine optimization, como una serie de técnicas para garantizar mejor posicionamiento orgánico, de acuerdo a las actualizaciones de algoritmos usados por Google, Yahoo), por mencionar algunas aristas.
Pocas veces, se va al detalle de la interfaz que permitirá precisamente, administrar el contenido de esa página web, es decir, del content management system (CMS), y del perfil del usuario que lo gestionará (¿de la misma empresa, de agencia, o freelance? ¿básico, intermedio o avanzado?) Cabe preguntar también ¿es una web estática? ¿Necesita una base de datos? La opción más popular, resulta WordPress.
No obstante, hay otras opciones que pueden considerarse.
Según José Román, si se trata de CMS dinámicos, las características son:
- Más cómodos de utilizar para usuarios no experimentados.
- Flexibles y permiten adaptar el sitio según las necesidades.
- Suelen ser algo más «pesados» en consumo de recursos.
- Requiere sistema de caché cuando el tráfico aumenta.
- Foco de ataques y vulnerabilidades, dada su extensión.